Gato por liebre

miércoles, 19 de agosto de 2009
La semana pasada me junté con mis compañeros de primaria y, entre anécdotas que iban y venían, uno de los presentes contó lo siguiente:

Hace un tiempo, lo contacta una señorita por MSN. A él le sonaba el nombre de ella, pero no se acordaba quién era. Entonces la acepta y se ponen a hablar.
Charla que va y que viene, él sigue sin saber quien era. Y para no quedar mal diciéndole que no se acordaba quién carajo era, decide comentarle algo así como "Sabés que creo que no tengo ninguna foto tuya...", para ver si ella le mandaba una, tal vez así lograba reconocerla.
La estrategia da resultado y ella le manda fotos. Posando. Provocativa. Semi-desnuda.
Al ver las fotos concluye, finalmente, que no la conoce. Y se lo dice.
Ella: "¿Cómo? ¿Vos no sos Fulanito de Tal, que trabaja en Mercedes-Benz?"
Él: "No... me llamo Fulanito de Tal, pero no soy el que vos crees"
Cuestión que ya estaban hablando, era sábado a la noche y, dado que no se veía mal en las fotos, decide invitarla a tomar algo. Ella acepta gustosa y quedan en que él la pasaba a buscar por la casa.
Dicho y hecho, él estaba a la hora señalada tocándole el timbre de la casa.
Cuando ella baja, se encuentra con que ella tenía 3 veces el tamaño y el peso que parecía en las fotos. "Era una gorda asiiiiiií", contaba él, abriendo los brazos de par en par.
Todavía no reaccionaba de la sorpresa cuando emprendieron camino hacia el restaurante que habían elegido para cenar. Pero al hacer 50 metros, la gorda se tropieza y cae al piso. Y tratando de levantarse, se le rompe el pantalón.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, él consigue contener la risa.
"Volvamos a casa que me cambio", dijo ella toda avergonzada. Caminaron los 50 metros de vuelta y él decide esperarla abajo mientras ella se ponía otra cosa.
Ni bien ella ingresa al edificio, quedando él del lado de afuera, piensa "¡Ésta es la mía! ¡Me rajo ya mismo!".

La anécdota continúa, pero por ahora me detengo a preguntar.... ¿Qué harían en el lugar de este muchacho? ¿La dejarían de garpe o se quedarían a terminar lo que empezaron?

Simplemente ¿porqué?

martes, 4 de agosto de 2009
Se conocieron hace diez años y, tras un breve noviazgo tan intenso como lo es uno que dura aproximadamente 17 hrs., el dijo haber sido lastimado y jamás volvieron a hablar como personas normales. Eran chicos. Tenían 15 años. Según ella, se interpusieron algunos miedos y la imagen tenebrosa que el mostraba de sí mismo.
Los siguientes tres años de colegio evitaron hablarse. Casi no se comunicaban o, por lo general, no era sino a través del maltrato que lograban comunicarse. Ella lo ignoraba completamente.
Se reencontraron diez años después del fugaz noviazgo, salieron, estaban distintos. El se mostraba como el hombre que ella quería que fuese. Actuaba de manera natural. A ella le gustaba ese momento de conocerlo (aún "conociéndolo" un poco, por historia) y que él le mostrara cuan decidido caminaba por su vida y lo mucho que soñaba su futuro.
Salieron un par de veces y una noche se dieron amor. Se besaron, se acariciaron. Tres noches después (miles de mensajes de texto mediante y fugaces encuentros 'solo para estar un rato al día') tuvieron relaciones sexuales.
Ella quedó enganchada. El desapareció. O, dejó de estar tan presente o ser tan atento como cuando no había logrado poner el trofeo en el estante. Si bien desde un primer momento ella supo que esto no daba para mucho mas, se enganchó. Le gusto aquella primer cara de la moneda que el mostró en un principio y cayó.
Cree fervientemente que no se trata del caso del típico histérico, sino "que es colgado", pero que aún así "no quiere sumergirse en ésto" porque cree que podría engancharse y que todavía está a tiempo de guardar la historia como una excelente historia.


¿Cuál es el punto exacto en el cual, de pasar de decirle que no diez años seguidos, de repente alguien te tiene en la palma de la mano?
¿Porqué si ella no le importaba siquiera si el respiraba durante tanto tiempo el apareció, creó la necesidad de extrañarlo y cuando lo logró, "se cuelga"?
¿Porqué ser tan tiernamente natural hasta que el deseo es concedido y a partir de entonces volverse un idiota desconsiderado?




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