Imaginate que estás en medio del principio de una historia (o que al menos vos sentís que es el principio). Imaginate que casi sin darte cuenta te vas enganchando cada vez más con la otra persona. Imaginate que de repente hacen planes (¡no! tampoco el delirio, no hablo de casamientos y departamentos, digo, compartir algunos días, cuidarse mutuamente, esas cosas). Imaginate que volvés a sentir que alguien te cuida,te contiene, te respeta. Imaginate que ya casi ni te acordabas cómo era eso. Imaginate que, de repente, la otra persona te recuerda de manera inconfundible que está enamorado/a de alguien más y aclara que eso no ha cambiado.
Ahora sabés lo que sigue. Duele, arde en el pecho, brotan un par de lágrimas. Quizás lo conversan, quizás no. Quizás lo charlás con algún amigo, quizás no. Como sea, en algún momento esa persona te dice que tiene ganas en serio de intentar algo juntos. Que te quiere, que te extraña, que cree que podría sentir amor, que le gustaría compartir algunas cosas con vos.
¿Querrías resignar la sensación de estar con alguien que se enamore de vos? ¿Podrías?
¿Conservarías la ilusión de que entre el cariño y el amor, se enamore en algún momento?
¿Te quedarías a averiguarlo?